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sábado, 31 de marzo de 2012

El sueño igual

(Hoy quiero compartir con vosotros uno de los mejores regalos que me han hecho. Cuando mi santa le dijo a mi hija Paula que se acercaba mi cumpleaños, ella en seguida supo qué tenía que regalarme: "Un cuento, que le gustan mucho a Papá". Así que a sus cinco (casi seis) añitos se puso a dictarle a su madre la historia que os reproduzco a continuación, que la encuadernó incluyendo los dibujos que Paula hizo para ilustrarla.)

Erase una vez un corazón que se llamaba Paula y que un día iba caminando por el bosque, y se encontró a su amiga la estrella Ana. Paula le dijo:

―¿Qué estás haciendo?

―Estoy corriendo ―le contestó Ana― del Lobo grande y feroz y toda su pandilla de lobos y zorros.


Paula dijo:

―¡Oh, no! ¡Eso es terrible! Vamos a salir las dos huyendoooooo.

Entonces se encontraron a su amiga la Luna, que le dijo a Ana:

―¿Qué estás haciendo, hijita?

Ana contestó:

―Estamos huyendo del Lobo grande y feroz y su pandilla de lobos y zorros.

Entonces, la Luna le dijo:

―Dale de la mano al corazón y ¡vuela!

―¡Pero es que nos persiguen el Lobo grande y feroz y su pandilla de lobos y zorros!

―Pues yo os ayudaré para ir más rápido ―contestó la Luna.

Entonces se puso como una catapulta hasta el cielo y salieron volando y por el cielo se encontraron a su mejor amigo, el Sol.


Ana dijo:

―Sol, Sol ¡Ayúdanos! Es que yo vuelo poco y quizás me caiga, o no, pero el gran Lobo feroz y su pandilla nos está persiguiendo y que si puedes apuntarles con tus rayos si ves que vamos a caer por donde ellos están o cerca.

El Sol contestó:

―Pues veo que los lobos y zorros van hacia tu casa. Ve volando hasta tu casa, entra por la chimenea y cierra la puerta con 8 candados.


Y así lo hicieron, volaron rápidamente hacia la chimenea y entonces, en el momento en que estaban al lado de la chimenea a punto de entrar, y justo entonces, se cayó, porque era el momento en que ella paraba de volar. Entonces se pusieron a jugar hasta que el corazón Paula se convirtió en la estrella Ana y la estrella Ana se convirtió en el corazón Paula, porque era un sueño.

FIN

Paula

miércoles, 14 de marzo de 2012

La reina del disimulo

Creo que mi hija de cinco años está tramando algo. No sé deciros exactamente por qué, es difícil adivinar qué pasa por su cabeza. Pero hay algo en su comportamiento que me hace sospechar.

Veréis, ayer entró por la puerta charlando con su madre y en cuanto me vio dijo:

-Papá, no venimos hablando de nada, ¿eh? De nada.

Poco después se acercó a la cocina y me preguntó:

-Papá, ¿cuándo es el día de los Papás?

-Todavía faltan unos días.

-Ah, ¡gracias!- y se giró a seguir con su juego. Pero a mitad de camino se volvió y me dijo, muy seria:

-Pero Papá, esa información no me interesa nada, ¿vale?

Lo dicho, la reina del disimulo.


martes, 3 de enero de 2012

Un café con Clío

Hace un tiempo os comenté que estaba repensando el blog. Fruto de esas cabilaciones fue que los cortometrajes se independizaran de La canción y surgiese Los jueves, corto. Ahora es otro pedacito el que deja el barco. Uno que, aunque tenía bastante descuidado, no dejaba de ser una de las razones por las que había empezado el blog.

Hoy ha comenzado su andadura Un café con Clío, un blog de Historia que, como dice en su primera entrada:
"quiere ser una recopilación informal de los acontecimientos o personajes que más me han llamado la atención en mi lecturas históricas, dejando también espacio de cuando en cuando para la mitología. Todo a un nivel sencillo, como se podría contar en una charla de café en la que una silla estuviera reservada a la musa de la Historia."

Estáis todos invitados. Espero que os guste.




jueves, 6 de octubre de 2011

Repensando el blog

Hola.

Esta entrada está dirigida a aquellos que seguís este blog de manera más o menos habitual. Desde hace un tiempo estoy replanteándome el futuro de La canción. Me he dado cuenta de que estaba implicándome cada vez más en ella y corría el peligro de saturarme. No me malinterpretéis, seguía pasándolo muy bien aquí, pero poco a poco estaba robándole tiempo a otras cosas de las que también disfruto mucho y que empezaba a dejar de lado. 

Así que he decidido tomarme un pequeño descanso mientras pienso qué dirección quiero darle a partir de ahora. Voy a tomarme unos días a terminar de perfilar un par de ideas que tengo en mente, una vuelta a los orígenes, a aquello que me hizo empezar el blog.

Mientras tanto pienso mantener mi cita de los jueves con el mundo del cortometraje, aunque ahora dedicándole un sitio propio. Hoy he empezado un nuevo proyecto, Los jueves, corto, una cita semanal con los cortos que más me gustan y que espero que vosotros también queráis disfrutar.

Nos vemos pronto.

Malapata

lunes, 5 de septiembre de 2011

Cass, la chica más guapa de la ciudad y los pequeños milagros de Internet

Cuando era niño tenía, como muchos otros de mi generación, una cinta casi perpetuamente colocada en mi radiocassette lista para empezar a grabar en cuanto sonase una canción que me gustara en la radio. Canciones grabadas casi siempre sin los primeros segundos, muchas veces con la voz del presentador del programa estorbando al principio o al final, que formaban una suerte de recopilatorios caseros en los cabía casi de todo y que eran una parte importante de mi colección.

Por aquella época escuchaba una emisora, de nombre Radio Aljarafe, que solía dar cabida a artistas y estilos que no eran los habituales de las radiofórmulas, así que en las cintas que grabé de sus programas había piezas que resultaban muy difícil de conseguir por otros medios. Al menos para mis magros bolsillos de adolescente en una época en que el CD empezaba a sustituir al vinilo trayendo como regalo un aumento de precios de casi el 100%.

Una de mis canciones favoritas de esa época, grabada por supuesto de la radio, era Cass, la chica más guapa de la ciudad, del grupo zaragozano Más birras, que tuvo su breve momento de (relativa) gloria a finales de los ochenta.

Pero, como tenía que pasar, la cinta acabó rompiéndose/perdiéndose, y con ella la posibilidad, parecía que para siempre, de volver a escuchar la que fue una de las canciones favoritas de mi adolescencia. Hasta que recientemente algo me hizo volver a recordarla. Hace unos años eso no hubiera servido para nada, pero ahora gracias a Internet bastó una pequeña búsqueda para volver a escuchar la historia de Cass, la chica más guapa de la ciudad y volver tener otra vez trece años por unos instantes.

Aquí la tenéis por si queréis escucharla conmigo.


sábado, 3 de septiembre de 2011

El primer cacheo

Hace unos días cachearon por primera vez a mi hija de cinco años. Volvíamos de unos días de vacaciones en Londres cuando un detector de metales del aeropuerto de Gatwick sonó al pasar y la registraron (eran los zapatos). A ella le extrañó esa súbita atención, pero no pareció afectarle nada. De hecho, cuando la policía se agachó delante suya y le indicó en inglés que levantara los brazos, la niña se acercó a la agente pensando que quería que le diese un abrazo. Al terminar le dijimos que se había portado muy bien, pero ella ya tenía la cabeza en otras cosas. No fue hasta un rato después cuando me puse a pensar a dónde habíamos llegado para que se considere normal cachear a una niña de cinco años.

martes, 26 de abril de 2011

Kafka en el Ayuntamiento de Sevilla

Es fácil haber escuchado alguna vez a alguien quejándose de lo que le costó realizar un trámite ante algún organismo público, a veces incluso contado como anécdota graciosa. Pero cosa bien distinta es cuando te toca vivirlo. Hoy os quiero contar lo que tuvo que pasar mi santa para pagar unas multas de aparcamiento. Lo que en principio debía ser cosa de una mañana acabó costando tres días a base de darse una y otra vez contra empleados que decían digo cuando era Diego.

Todo empezó cuando pusieron la zona azul en el barrio donde vivíamos. Eso significó que de un día para otro todas las calles alrededor de nuestra casa se convirtieron en estacionamiento limitado. Como estábamos en el piso de manera provisional y pasábamos casi todo el día fuera, no quisimos empadronarnos para conseguir una targeta de residente que, de todas formas, nos hubiera obligado a seguir pagando por aparcar en nuestra casa. En su lugar preferimos ir trampeando, intentando no llegar a casa hasta que había pasado la hora de cobro o dejando el coche un poco más lejos.

Pero claro, no podía ser tan fácil, y cuando nos mudamos nuestro parabrisas ya había acumulado unos cuantos avisos de sanción. Lo fuimos dejando pasar hasta que en septiembre del 2009 nos encontramos con la cuenta embargada. El susto fue grande, sobre todo porque hasta que el banco nos avisó nadie se había molestado en notificárnoslo (ni tampoco, todo sea dicho, las multas, ni en la anterior dirección ni en la nueva).

Así las cosas mi santa, que es una ídem, fue a pagar a la oficina correspondiente del ayuntamiento. Después de abonar las multas preguntó si ya estábamos en paz o si había alguna más pendiente. Aunque en un primer momento le dijeron que no, como insistió acabaron mirándolo y se dieron cuenta de que todavía quedaban otras que en ese momento estaban en proceso y que, por supuesto, se nos había pasado el plazo para recurrirlas. Otra vez a pagar y otra vez a preguntar si ya estaba todo. Le aseguraron que sí y nosotros nos lo creímos.

Así estaban las cosas cuando en enero de este año nos avisan otra vez del banco (porque en todo este proceso del ayuntamiento nunca tuvimos noticia) de que teníamos un nuevo aviso de embargo sobre nuestra cuenta, y que mientras tanto el dinero quedaba inmovilizado.

Extrañada mi santa vuelve a plantarse en la oficina municipal a preguntar de dónde habían salido esas multas que no nos constaban por ningún lado. Y van y le dicen que son anteriores a septiembre de 2009, que fue cuando ella pagó lo que, en teoría, era todo lo que nos quedaba pendiente. "Pero bueno, ¿entonces por qué no me avisaron cuando vine a pagar hace poco más de un año?", preguntó ella. Respuesta: "No lo sabemos". Y tan panchos.

sábado, 26 de febrero de 2011

Miradas que...

Mi hija de un año acaba de echarme su mirada de "me caes bien, no me gustan esas familiaridades que te tomas con MI madre".

martes, 8 de febrero de 2011

Elevada discusión

¡¡¡¡Nooooooooooo!!!!

Puesta entre la espada y la pared, mi hija de un año recurre a todo el poder de su oratoria en un intento de desmontar mi argumentación.

martes, 18 de enero de 2011

La niña de Pavlov

Durante un tiempo hemos tenido que medicar a mi hija de un año usando un inhalador. Como no dejaba de llorar y revolverse, mientras duraba el tratamiento le poníamos algún dibujo animado para distraerla. Ahora, cada vez que nos acercamos con la mascarilla señala a la tele sonriendo y dice "¡¡Oyooó!!" (Pocoyó en su lengua).

martes, 28 de diciembre de 2010

Duendes

El domingo estuve haciendo de duende, de los que despliegan su magia haciendo que la ropa aparezca limpia en el cajón. Acabé agotado.

Gracias duendes.

viernes, 10 de diciembre de 2010

La soledad del padre friki

Papá, a mí lo que me gusta es el rosa, las princesas y las cosas bonitas.
O sea, que todavía quedan unos añitos antes de que nos podamos sentar a ver juntos El imperio contraataca.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Los listos del taller

Esta semana han querido cobrarme 168 euros por algo que costaba ocho.

Todo empezó cuando llevé el coche a revisión al taller de al lado de mi casa. Entre otras cosas, uno de los faros delanteros se encendía y apagaba aleatoriamente. Al darme la factura de las reparaciones, el mecánico me dijo: "El faro tiene el casquillo quemado. No he podido arreglártelo porque hace falta que la pieza sea original, pero si me la traes te lo pongo en un momento". Así que llevé el coche al taller Opel Divisa de Bellavista, Sevilla, y le dije al técnico que me atendió: "Vengo por el faro, por lo visto hay que cambiar el casquillo, que no va bien". Y el buen señor, sin molestarse siquiera en mirar el faro o el casquillo en cuestión me dice: "Ah, no, hay que cambiar el faro entero, vaya usted a recambios para que le digan por cuanto le sale y si lo tenemos aquí o no".

Total, que me voy a recambios y el caballero a cargo me dice: "Pues para ese coche pueden ser varios modelos, habría que mirar el número que tiene dentro del faro. Según el modelo puede ser..." y empieza darme precios, el más barato a 168 euros. Y cuando le digo que el coche está ahí al lado, que podemos ir a mirar qué modelo de faro es y salir de dudas, pasa de mí y sigue con la lista de precios. 

Un poco molesto decidí irme al taller Opel Suauto del Polígono Carretera Amarilla. Nada más contarle al mecánico por qué estaba allí me pidió que le abriese el capó y a los 10 minutos tenía un casquillo nuevo y el faro funcionaba estupendamente. Precio total: 8 euros.

Por un lado me alivió haberme ahorrado 160 euros, pero por otro me molestó mucho que intentaran cobrarme una reparación que no era necesaria. Sólo me queda el consuelo de soltarlo aquí (aparte de comentarlo a todas mis amistades, claro) por si alguien se ve en alguna parecida.

martes, 28 de septiembre de 2010

Celeste sí es un color

Hace unas cuantas tardes mi hija de cuatro años se me acercó con un dibujo que acababa de hacer. Tras alabárselo empezó a explicarme lo que representaba y los colores que había utilizado: 

-Esto es de color azul celeste -me dice.

-Ah, -respondo curioso- ¿quién te ha enseñado que ese color se llama azul celeste?

-La señorita -responde ella-. Esta mañana hemos hecho un dibujo con azul celeste, y marrón celeste, y amarillo celeste...

-Mi vida -le corrijo-, sólo el azul es celeste.

-Noooo, también marrón celeste, y amarillo celeste, y...

-No, mi amor -digo interrumpiendo de nuevo la lista de colores celestes-. ¿Tú sabes por qué ese azul se llama celeste?

-No.

-Porque es el color del cielo. Por eso se le llama celeste.

Mi hija asiente y sigue enseñándome su dibujo, no muy convencida pero sin volver a mencionar el color celeste.

Al día siguiente estamos dando un paseo cuando, al mirar al cielo, viene a mi cabeza la conversación sobre los colores. 

-Mira, chiqui -le digo-, ¿ves el cielo? Es de color azul. Ése es el color azul celeste, el del cielo.

-Sí, Papá -responde con aire de suficiencia-. Y mira -me dice señalando hacia arriba-, las nubes son de color gris celeste.

Y a ver quién le dice a la niña que no tiene razón.

sábado, 25 de septiembre de 2010

miércoles, 10 de marzo de 2010

La Tierra es la orilla del océano cósmico

“El cosmos es todo lo que es, o todo lo que fue, o lo que será alguna vez… La contemplación del cosmos nos conmueve, es como un hormigueo en la columna vertebral o en la voz, una débil sensación, como el recuerdo lejano de caer desde lo alto: sabemos que nos acercamos al mayor de los misterios. El tamaño y la edad del cosmos están mas allá del entendimiento humano. Perdido en algún lugar entre la inmensidad y la eternidad está nuestro pequeño hogar terrestre.

“Por primera vez podemos decidir nuestro destino y el del planeta. Vivimos una época de grandes riesgos, pero nuestra especie es joven, curiosa y valiente. Es prometedora.

“En los últimos milenios hemos hecho descubrimientos asombrosos sobre el cosmos y nuestro lugar en él. Creo que nuestro futuro dependerá de nuestra comprensión de este cosmos en el que flotamos como una mota de polvo en el cielo de la mañana [...].

“La superficie de la Tierra es la orilla del océano cósmico. Desde aquí aprendimos todo lo que sabemos. Recientemente hemos vadeado un poquito, nos hemos mojado hasta los tobillos… Y el agua parece invitarnos. Alguna parte de nosotros sabe que venimos de allí. Anhelamos regresar. Y podemos hacerlo, porque el cosmos está dentro de nosotros. Estamos hechos de estrellas. Somos una de las formas que tiene el cosmos para conocerse.”

Carl Sagan (introducción del primer capítulo de la serie Cosmos, 1978)
Podéis ver éste y otros capítulos de Cosmos a partir de la página de Enreda2. Me he aprovechado de que el texto ya lo habían transcrito en 9:30 (la negrita es mía).

Todavía era muy pequeño cuando emitierion Cosmos, supongo que lo vería en alguna reposición, aún siendo un niño. Recuerdo la fascinación que me causaron las imágenes, historias, especulaciones... He vuelto a disfrutar la serie recientemente, notando el paso del tiempo y echando de menos la sensación de descubrimiento. Y con un deseo: sentarme algún día a volver a verla con mis hijas.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Empiezo a preocuparme

Lo que peor llevo de estas fiestas es la cantidad de tiempo que tengo que pasar offline.

¿Sabéis de alguna asociación tipo Internautas Anónimos? ¿Tienen grupo en el Facebook?

viernes, 25 de diciembre de 2009

Dulce inocencia

¡Oh, papá, cuánto sabes!

Mi hija de tres años después de pedirme que contara hasta quince.

sábado, 14 de noviembre de 2009

100 entradas 100

No son muchas, pero qué queréis que diga, un poco de ilusión sí me hace haber llegado hasta aquí. Así que aprovecho para mandar un beso a todos los que habéis leído alguna de estas cien primeras entradas, en especial a Natalia, que ha tenido que esperar pacientemente más de una noche a que las terminara antes de  sentarnos a ver alguna serie; a Clarita, por ser la comentarista número uno; a JoseRa, por los ánimos y ser  el primero en apuntarse de seguidor; a Irene, por incitarme a montar un blog; y, por supuesto, a todos los que alguna vez habéis dejado un comentario.

Nos vemos en la ciento una.

viernes, 30 de octubre de 2009

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