viernes, 26 de abril de 2013

Un día es un día

00:04 ... 00:03 ... 00:02 ... 00:01 ...

El zumbido le despertó de un sueño que no era consciente de haber empezado. Miró a su alrededor, desubicado. Frente a él una pantalla de televisión mostraba el mensaje:


TIEMPO AGOTADO
INTRODUZCA EFECTIVO/TARJETA PARA OBTENER TIEMPO EXTRA


Fijó los ojos en el monitor, con la boca entreabierta y un hilillo de baba en el borde de los labios. En seguida las piezas se colocaron en el orden correcto en su cabeza y sonrió. Volvió la cabeza sin levantarse del sofá preguntando:

—¿Qué ha pasado al final con la rubia? ¿Ha conseguido...?

Se interrumpió. Su mujer dormía en la cama, todavía apoyada sobre el almohadón que había doblado para ver mejor la tele. Esta se ha enterado todavía de menos que yo, pensó mientras se limpiaba la comisura de la boca.

Miró hacia el lateral de la cama. Allí estaba ella: Carmen Con lo bonito que era Esperanza, como su abuela Riego Vera, tres kilos cuatrocientos cincuenta gramos, seis, no, siete ¿Tanto había dormido? horas de vida.

Se levantó con un crujido de espalda Estoy viejo. Pues prepárate ahora y bordeó la cama para acercarse a la cuna. Carmen descansaba sobre el costado, con una mantita enrollada junto a la espalda para evitar que se girase. Los ojos habían perdido la hinchazón del parto y tenía la naricilla ligeramente fruncida Preciosa. Muy lentamente alargó una mano para acariciarle la pelusilla de su cabeza, evitando con cuidado la fontanela. Todavía me da un poco de repelús.

El zumbido del televisor, a los cinco minutos exactos del que le había despertado, le sorprendió. Con un respingo retiró la mano de la cabeza de su hija y se volvió hacia el origen del ruido. En la pantalla continuaba el mismo mensaje, que ahora empezaba a parpadear.


TIEMPO AGOTADO
INTRODUZCA EFECTIVO/TARJETA PARA OBTENER TIEMPO EXTRA


Bueno, y yo ahora qué hago. Se le había pasado el sueño. Miró el reloj, luego otra vez la pantalla. Rebuscó en su bolsillo. Poca cosa: algunas monedas pequeñas, un billete de cincuenta y la tarjeta de acompañante que le habían dado al entrar al hospital. Pensó en comprar un poco más de tiempo, lo suficiente para terminar de ver el programa y saber quién pasaba a la final. No es que le importase mucho, pero seguro que a ella le gustaría saberlo mañana. Y quizás entre tanto se despertase la pequeña y pudiera cogerla un rato, dársela para que tomase el pecho o llevarla a cambiar el pañal si hacía falta.

Aunque se imaginaba lo que le diría si despertaba y lo veía allí. Esto no es lo que habíamos hablado. No podemos permitirnoslo, tienes que descansar un poco o si no mañana estarás hecho un trapo. No están las cosas como para faltar un día. Y tendría razón. Pero una cosa es tener razón en el salón de tu casa y otra muy distinta teniendo delante a esa pequeña cosita sonrosada y completamente adorable.

Bueno, sólo un ratito, por una hora no va a decirme nada. 

Las monedas no daban para nada. Se asomó al pasillo desierto buscando una máquina de cambio. No. Recordó haber visto una en la planta baja. Dio un par de pasos hacia el ascensor, se giró, volvió hacia el ascensor, se detuvo de nuevo. Miró al billete que aún sostenía en la mano ¡Qué leches, un día es un día! y regresó a la habitación.

Metió el billete en la ranura, pulsó aceptar y la pantalla volvió a cobrar vida en medio de un aplauso del público. De nada. Con una sonrisa apagó el televisor y volvió junto a la cuna. De nuevo le llamó la atención el tamaño de su mano junto a la cabecita de su hija. De algún lugar en su memoria brotó el principio de una canción de cuna y estuvo largo rato cantando, muy bajito, apenas despegando los labios, sin dejar de mirarla. Cuando empezó a sentir sueño regresó al sillón y se acomodó cubriéndose como mejor pudo con la exigua sábana.

Antes de cerrar los ojos se giró para lanzar un beso a su mujer Todo va a ir bien. Lo peor ya ha pasado, lo ha dicho el gobierno. En unos meses empezamos el 2015 y todo irá mejor, ya verás.

En la pared, ignorado por los tres durmientes, el monitor seguía desgranando su cuenta atrás:


DISPONE DE 4 HORAS 47 MINUTOS
PUEDE ADQUIRIR TIEMPO EXTRA COMO ACOMPAÑANTE CON EFECTIVO O TARJETA

GRACIAS POR ELEGIR LA SANIDAD PÚBLICA
GOBIERNO DE ESPAÑA

3 comentarios:

  1. Sí: esperemos que siga siendo ficción...
    Excelente tu relato, amigo!
    Mis felicitaciones!
    Y un cordial saludo!
    Lau.

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